miércoles, 17 de febrero de 2010


Oír y Escuchar la Salsa

por Enrique Romero

Uno de los peores anatemas que le han caído encima a la salsa sostiene que esta música es sólo para bailar y que las líricas del género son secundarias o insubstanciales. Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere escuchar, pero éste es un caso perdido para la rumba y, me temo, que para las excelencias de la vida en general. Por tanto, no lo tendremos en cuenta en esta entrega. ¡Y dice!

Ateniéndonos a la aclaración del lingüista Roland Bartes, oír es un fenómeno fisiológico, mientras que escuchar es una acción psicológica. Podemos decir que la función fisiológica es involuntaria, desatenta e inevitable. Nadie puede cerrar los oídos como quien cierra los ojos para no ver o la nariz para no oler. Sería maravilloso poder abrir y cerrar los oídos a voluntad, sobre todo cuando suenan ciertas monguerías en una salsoteca, pero la evolución del homo rumberus todavía no ha llegado a tanto
Por su parte, la fase psicológica de la escucha podemos decir que es la fase conciente, voluntaria e interpretativa de lo que se oye. Escuchar requiere algo más que oír, y ahí son veinte pesos más, pues entra en juego tu sensibilidad, tu información, tu cultura, tus intereses, tus gustos, tus expectativas y, por supuesto, tus traumas, prejuicios y carencias. Tranquilos que está todo previsto, como previsto está que la salsa, como casi todas las músicas populares bailables con letra, tiene en su repertorio composiciones deleznables, pero esta es la excepción que confirma la regla, ya tu sabes.

¡Claro que la salsa es una música para bailar! Es uno de los géneros más ricos, excitantes y complejos en su aspecto danzario, pero en su sonoridad se ofrenda simultáneamente una lírica que roza lo poético, lo trágico y lo humorístico en todos sus temas. Y cuando el bailador, además de oír, escucha, es cuando se completa el goce salsero. Aquí es cuando podemos hablar de sabor y sentimiento, dos categorías inexorables de la salsa y quien no se involucra en ellas está perdiendo lo más importante del género o, mejor dicho, está perdiendo su tiempo.

Pero ¿Qué es lo que impide que muchos bailadores no escuchen la salsa? Parece que ello se debe, a la idea de que para bailarla basta con oír el ritmo y punto, pues las letras, según estos bailadores, son cursis o hablan en una jerga muy cerrada, muy para caribeños y, en consecuencia, resulta difícil generar una complicidad temática. Vamos por partes: En cuanto a las cursilerías (monguerías) estamos de acuerdo, no hay que oírlas ni escucharlas y, en la medida de lo posible, tampoco bailarlas, a menos que la mami de turno merezca el sacrilegio. En cuanto a la jerga, ahí son otros veinte pesos (y van cuarenta, Mamá Inés), pues dicha jerga es una de las facetas más seductoras del ser caribeño. De hecho, muchas personas llegan también a la salsa seducidos por la jerga, pero estos son una minoría y en esta nota estamos hablando de la mayoría, los que llegan a la salsa por el baile y por la sensualidad que supone. Es a estos a los que queremos invitar a escuchar la salsa, para que descubran la diferencia de bailar escuchando y, si son aplicados y sensibles, se sorprenderán de los secretos que encierra la poesía salsera.
Ahora bien, el problema de escuchar la salsa es que tiene efectos vitales irreversibles, transforma, en primer lugar, tu forma de bailar, y después tu forma de hablar, de amar, de viajar, de trabajar (sabemos de un funcionario del Gran Teatre del Liceu que está enganchado todo el día, en su jornada laboral, a un MP3 con cerca de 5.000 temas salseros, y los escucha ¡por una sola oreja!), y no se diga de la pasta que te tienes que gastar en discos. Por tanto, si no quieres que tu vida cotidiana se altere, no escuches la salsa, limítate a oírla para bailar y no te compliques la existencia. Para los que se la quieran complicar, vamos a reforzar lo dicho hasta aquí con un trocito de letra y, de paso, hacemos un concurso con premio. Dice:

El sol extraño, bajo otro cielo
Bajo otro cielo que no era el mío.
Yo sentí miedo, yo sentí miedo, yo sentí miedo.
La candela conspirando contra el fuego
Quiso acabar con mi vida
Con mi vida de rumbero.
Y no pudieron, ¡y no pudieron!

Candela tu no pudiste
Acabar con mi sabor.
Tus llamas nunca quemaron,
Sólo avivaron mi inspiración.

Todo el mundo está enterado
Que conmigo no hay quien pueda

Pasé por debajo del fuego
Y me le fugue a la candela (bis)

Coro:
Me le fugué a la candela
Conmigo no hay quien pueda.

En este tema, candela tiene variadas y ricas posibilidades interpretativas y el rumbero que la escucha se la puede aplicar a discreción; si se trata de un malandro, la candela puede representar a la ley, si de un adicto a las sustancias psicotrópicas, la candela puede ser una de esas sustancias, si de un mujeriego, la candela puede ser su mujer oficial, si de un hombre acosado por una jevita que no le conviene, la candela puede ser esa jevita, y así hasta donde tu quieras. A éstas, agréguese que la música del tema tiene tremenda guataca, así que si la escuchas y la bailas el subidón es total. ¡Vaya!.

extraído de 100x100salsa.com




EL CEREBRO DE LA FANIA


LOUIE RAMÍREZ

"El cerebro oculto de la Fania"

por Gary Ramírez

En mayo de 1993, la Sinfónica del cielo recibió a Louie Ramírez, uno de los grandes músicos y pieza fundamental en la historia de nuestra cosa latina. Su legado musical no tiene parangón en la historia de la Salsa: más de 10.000 arreglos, 20 elepés propios, más de 500 producciones discográficas e inventos de la Salsa romántica.

Louie Ramírez nació en Nueva York el 24 de febrero de 1941 y a los 7 años ya tocaba el piano clásico. De padres cubano-boricuas, su infancia y adolescencia se desarrolló en un barrio poblado de irlandeses donde la discriminación del latino era más acentuada. Su primera decepción le sobrevino a la edad de 16 años cuando, siendo ya un virtuoso del piano, no pudo obtener una beca por su ascendencia. Esta experiencia lo llevó a abandonar la música europea e instalase de lleno en sus raíces afrocaribeñas. Conoce a Noro Morales, a Chano Pozo, al joven Tito Puente, a René Hernández, los reyes del mambo.

Louie demostró sus habilidades como vibrafonista y timbalero profesional a los 18 años, gracias a su tío y gran pianista Jorge Estévez, conocido en el medio neoyorkino como Joe Loco, quien le transmitió los misterios del Mambo y del Jazz Latino, bases sólidas para poder crear en la década de los 60 sus poderosos arreglos. Louie siempre fue un apasionado del Jazz negro norteamericano y tuvo la suerte de ver a los grandes maestros el en Teatro Apollo de Harlem.

Su primer gran arreglo, que le abrió las puertas al mundo de la pachanga y los bailaderos neoyorkinos, fue su composición El Güiro de Macorina para la Charanga de Pacheco. A partir de este primer hit, al joven Luis Ramírez le llueven las ofertas para hacerle arreglos a los que serían los grandes maestros del movimiento salsoso. El inventario del maestro Louie Ramírez como arreglista supera los 10.000 arreglos. A nivel de producción con Fania y otras empresas discográficas pasa de las 500. Más de un centenar de participaciones como timbalero, líder de su banda, pianista, vibrafonista, instrumentista de oboe, arpa, sintetizadores y percusión menor, además de compositor y corista.

A pesar de tener la trascendencia e importancia de un Bobby Valentín o un Larry Harlow dentro de Las Estrellas de Fania, Louie Ramírez siempre sacrificó la fama, la posibilidad de viajar por el mundo, su puesto como vibrafonista estrella o timbalero, por permanecer todo el período del boom de Fania (1971-1981) encerrado en los estudios de grabación más de doce horas diarias, produciendo más de 18 álbumes por año. El cerebro oculto de la Fania tuvo la visión de la Salsa Progresiva, un descabellado experimento que se dio el lujo de producir, con el visto bueno del escéptico Jerry Massucci, donde se adelantó a todo lo que estaba pasando en términos de renovación y creatividad salsera de Nueva York. Asimismo, Louie fue el responsable de crear una moda que se le escapó de las manos y se convirtió en el engendro que posteriormente llamaríamos Porno-Salsa. Para 1980, hacer un arreglo salsero a una composición de un baladista era algo fuera de contexto. Louie se atrevió y, junto al vocalista Ray de la Paz, le abrió las puertas a todos esos jovencitos que hoy ni siquiera lo recuerdan.

Una de las virtudes de Louie Ramírez como arreglista y patrocinador de nuevos cantantes, fue la de acoplar cuidadosamente los tonos que le correspondían a cada voz, punto neurálgico que sólo un experto como él podía efectuar, además de renovarse con la introducción de instrumentos que para muchos eran imposibles de "meter" en el sonido popular bailable del Caribe Urbano.

La magnitud de la obra musical de Louie Ramírez es tal que, después de este siglo, apenas estaremos revalorando todo su repertorio, todas sus inimitables posibilidades creativas, toda su memoria discográfica, visión comercial, cultural y talento.

Los tres grandes arreglos que Louie personalmente consideraba sus obras maestras son: Canta , interpretada por Cheo Feliciano junto a Fania All Stars en 1976; Juan Pachanga , con Rubén Blades y Fania en 1977; y Paula C , con Rubén Blades y Amigos en 1978.

Réquiem por Louie Ramírez, por siempre en la memoria! Ponte aquel tema Los Bravos , de Fania, compuesto por Louie en 1979 y goza con su toque de vibráfono.

jueves, 11 de febrero de 2010

Dia Nacional de la Salsa XIII


saludos melomanos como ya se acerca el Día Nacional de la Salsa aquí les adjunto un video del Día Nacional num.13 cantando Gilberto Santarrosa con Tony Vega acompañados por la banda del Día Nacional dirigida por Louis Garcia el tema Lluvia popularizado con la banda de Mr. Afinque Willie Rosario.

jueves, 4 de febrero de 2010

Guarayson en RC tv show

El genero de la salsa esta de luto por la partida fisica de Giovanni Lugo cantante ,compositor, arreglista, y percusionista. una persona humilde a quien tuve el privilegio de conocerlo y entrevistarlo. aqui les dejo un video de Guarayson grabado para el programa Rumba Caliente tv show. para los que no sepan quien es Giovanni es el de la boina roja en el video.

P.D. Estos dias subire otras canciones que fueron grabadas ese dia.

lunes, 1 de febrero de 2010

El Jodedor de Patato

Carlos Patato Valdés, uno de los percusionistas cubanos más importantes de la rumba y el latin jazz, falleció el pasado 4 de diciembre en Cleveland (USA) a la edad de 81 años, sesenta y tres de ellos dedicado profesionalmente al tambor, es decir, a la esencia de nuestra cosa latina. Su historia, sus aportes, sus obras y su singular personalidad lo habían convertido en un genio viviente, reconocido y admirado por músicos, rumberos y melómanos de todo el mundo.

En su excitante e intensa vida percusionista, Patato tocó y grabó con los músicos y orquestas más ilustres tanto en su Cuba natal como en los Estados Unidos de América y Europa. El corpus fundamental de su trabajo como percusionista se encuentra en una veintena de discos pero en sus seis décadas de vida profesional, Patato y su golpe están presentes en un centenar largo de discos que empieza en Cuba con el Conjunto Kubavana (1944), Sonora Matancera y Conjunto Casino, y continúa en USA con Tito Puente, Mongo Santamaría, Dizzy Gillespie, Machito, Herbie Mann, Kenny Dorham, Cachao, Jorge Dalto, Quincy Jones, Arsenio Rodríguez, Mario Bauzá, Ismael Rivera, Justo Betancourt, Luís Perico Ortiz, Candido Camero, Paquito D’Rivera, Bebo Valdés, Alfredo Rodríguez, Totico, Louie Ramírez, Hilton Ruiz y Cal Tjader, entre los más significativos. Pero además de estas grabaciones, conciertos y festivales de renombre, la impronta de Patato como timbero de ley está en la memoria de las rumbas y toques caseros entre amigos, las descargas de solares en La Habana y en pequeños clubes latinos de Nueva York o París a las que nunca se negaba y de las que quedan memorables recuerdos imposibles de reflejar en la frialdad de una grabación.

Lo más característico de Patato era su jodedera, su sentido del humor, su permanente gracia vital que contagiaba y embriagaba a todos los que lo trataban. Y esto se notaba de forma espectacular en el escenario, tocando las congas bailando y haciendo movimientos rumberos que a más de un profano le podría parecer que estaba teniendo un ataque de epilepsia, sospecha que se evaporaba al ver al epiléptico subirse a las congas para bailar y tocar al mismo tiempo, verlo saltar de nuevo, coger sus inseparables llaves y ponerse a afinar las congas en medio de un tema sin perder el tiempo, dejar a un lado las llaves y tocar los parches con el dorso de la mano, hacer como que busca algo, coger las claves o la baqueta de la campana y seguir tocando como si de un timbal se tratara, quitarse su eterna gorra y golpear con ella los parches como si estuviera castigando a un niño travieso, y luego mirar a los perplejos músicos que lo acompañaban y cagarse de la risa coincidiendo con la entrada de una moña de vientos ¡p’alláááá!

Ingeniero del ritmo

Así era Patato, caballeros y, sin embargo, genial como músico. Fue el primero en introducir un set completo de congas (quinto, conga y tumbadora) en las orquestas y el inventor de la afinación del instrumento por medio de llaves. Hasta ese momento, los parches de las congas caribeñas se tensaban con calor, fuego y candela pal pellejo de chivo, señores. Pero llegó Patato y se inventó unos herrajes que, aplicados a un aro metálico, permitían tensar a discreción los parches y ¡eureka! A gozar se ha dicho. Menos trabajo pal tumbador y más posibilidades sonoras para el instrumento. Con esto logró Patato redujo el riesgo de incendio en los escenarios y una mayor eficacia a la hora de preparar los instrumentos para la actuación. Cuando Martín Cohen (¡ingeniero y judío él!), propietario de la casa de instrumentos Latin Percussion, descubrió el invento de Patato, lo persiguió por todo Nueva York hasta que le compró la patente y, desde entonces, todas las congas del mundo se afinan con el método de nuestro chiquito de Los Sitios. En el extenso catálogo de congas de la firma Latin Percussion, las congas “Patato Model” son las preferidas por centenares de percusionistas en todo el mundo y las han usado desde Carlos Santana hasta los Rolling Stones, pasando por vete a saber cuántos rockeritos más. No lo reconocen, pero les va la timba. En cualquier caso, Patato es reconocido como el pionero en el camino de la modernización de la conga, camino y evolución que va desde la rumba más raizal hasta el pop más descafeinado, pasando por las mejores expresiones del jazz y la música contemporánea. Nadie se escapa de la conga. Otra cosa es cómo y quién la toque, claro.

Buscando la melodía

Patato se inicio desde niño en la música. Su padre ya era un músico reconocido de son y le enseñó al niño a tocar el tres, la marímbula y otros instrumentos afroides de los años treinta, pero el chaval tenía sus propias ideas, él quería ser bailarín o boxeador, mientras que la música era simplemente parte de la vida cotidiana. Sin embargo, a los 15 años ya se había decantado por la percusión y a los 18 debutó profesionalmente. El boxeo lo aparcó, pues con su contextura física no hubiera hecho carrera ni en los pesos pluma, pero en cambio, mantuvo su vena bailable y, desde sus inicios como músico, se hizo famoso con la invención de varios bailes, entre ellos el del pingüino, el yo-yo, la toalla, el trompo, el tirabuzón y unos cuantos más que se hicieron famosos en la TV cubana y eran adoptados por la población infantil

Durante diez años, de 1944 a 1954, Patato se fajó con grupos, orquestas, descargas y bembés de La Habana. Ahí aprendió lo necesario para asaltar los cuarteles musicales de la Gran Manzana y allá que se fue. Formó parte de la artillería pesada de los músicos latinos de Nueva York y fue fichado por todas las bandas importantes del mambo y del jazz, desde Tito Puente hasta Dizzy Gillespi, pasando por Art Blackey, Max Roach o Cal Tjader hasta convertirse en pieza imprescindible de la vanguardia musical afro latina de los años sesenta y setenta.

Patato no era un velocista de la percusión, no iba por ahí descrestando al respetable con malabares de velocidad, eso que tanto le gusta al público profano, no, Patato, como ya hemos señalado era un jodedor y un hombre con gran sentido del ritmo y la melodía, un músico de matices, respetuoso de la clave, conocedor y experto en los golpes precisos y, ese conocimiento y talante eran los que le permitían jugar y hacer lo que le daba la gana con el tambor, con la autoridad no sólo del conocimiento sino también la autoridad telúrica, la que le permite a alguien decir ¡esto es mío! y te lo enseño para que lo goces.

Carlos Patato Valdés

Discografía Esencial

  • Conjunto Kubavana - Rumba En El Patio - Tumbao. 1994
  • Conjunto Casino - Rumba Quimbumba 1941-46 - Tumbao. 1993
  • Kenny Dorham - Afro-Cuban - Blue Note.1955
  • Art Blakey - Orgy In Rhythm - Volumenes 1 & 2 - Blue Note. 1957
  • Machito And His Afro-Cubans - Kenya: Afro-Cuban Jazz - Roulette-Capitol-Blue Note. 1957
  • Herbie Mann - Standing Ovation At Newport - Wounded Bird Records.1965
  • Carlos 'Patato' Valdes - Patato Y Totico - Verve. 1968
  • Carlos 'Patato' Valdes - Ready For Freddy - Latin Percusión. 1976
  • Patato & His Latin Percussion Friends - Authority - Latin Percusión.1976
  • Israel "Cachao" Lopez - Cachao Y Su Descarga - Salsoul. 1977
  • Luis "Perico" Ortiz - My Own Image - Latin Percusión.1978
  • Latin Percussion Jazz Ensemble - Just Like Magic - Latin Percusión. 1979
  • Tito Puente con Azuquita - Ce' Magnifique - Fania. 1981
  • Louie Ramirez - King Of Latin Vibes - Sugar. 1991
  • Carlos 'Patato' Valdes - Masterpiece - Messidor 1993
  • Hilton Ruiz - Heroes - Telarc. 1994
  • Alfredo Rodríguez - Sonido Solido - Universal-TTH-Pimienta. 1995
  • Bebo Valdes - Bebo Rides Again! - Universal-Pimienta. 1995
  • The Conga Kinas I - Giovanni Hidalgo, Candido, Patato Valdés - Chesky. 2000
  • The Conga Kings II - Giovanni Hidalgo, Candido, Patato Valdés - Chesky. 2001
  • Cuban Masters - Los Originales - Universal-Music Haus. 2001
  • Carlos 'Patato' Valdes - El Hombre - Mambo Maniacs. 2004