jueves, 18 de marzo de 2010

Heritage Clothing

Heritage Clothing linea de ropa desarrolla para aquellos amantes de la msuica Afro Caribeña con colores y estilos modernos.
Nuestra Mision promover la cultura, representando nuestra esencia a traves de diversos productos.

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viernes, 5 de marzo de 2010

Llego La Timba y se Formo el Despelote


La Habana, década de los 70. De entre los callejones rumberos de la ciudad, repletos de cultura musical, escuchamos como salido del mismísimo infierno el estallido de un piano, el zumbido del bombo, el chasquido de la clave y el vibrar incandescente de un bajo que nos incitan a mover los pies y a echar pa’fuera lo que tenemos dentro… empieza a gestarse “La Timba”.

Este “nuevo” sonido musical constituyó el regreso de la juventud cubana de esa época a sus orígenes, a la calle, al solar como centro de inspiración musical. Pero ¿por qué este afán por regresar al barrio, a la calle? En un principio, la rumba se utilizó como arma de protesta de los problemas sociales pero, la apropiación de la rumba por parte del Estado tras el triunfo revolucionario, pudo ser el revulsivo para que los músicos cubanos evolucionasen hacia este género y pudiesen volver a esos barrios y a contar las verdades sociales y los problemas que habían en Cuba.

Los jóvenes se expresan pues, con este nuevo sonido con total libertad, rechazando la rumba para este menester. “Free hole Negros”, grupo cubano de pop rock del momento, lo deja claro en uno de sus estribillos “todos los negros finos/nos hemos reunido/y hemos decidido/no tocar más rumba”.

El estallido de un género

Es en la década de los 80 cuando la timba se consolida como género musical. ¡Nadie! Absolutamente nadie se ponen de acuerdo del “porqué” se le llama timba a este nuevo sonido, ni musicólogos, no sociólogos ni gente de a pie. Cada uno da una versión diferente y obviamente no seré yo el que de la versión correcta. Etimológicamente, la palabra timba nos conduce a esos callejones y solares de La Habana, donde el buen hacer de los músicos se rompía con el grito “¡la timba está buena!”, así que, como en otros géneros musicales, entendemos que timba hace alusión a la fiesta y a la rumba que se formaba en esos solares habaneros.

La riqueza musical:
“La Timba”, también conocida como “Hipersalsa” tiene su origen en el son montuno fusionado con jazz y funk principalmente, sin dejar a un lado evidentes influencias de la rumba, y se caracteriza por las descargas explosivas de piano, metales y percusión acompañadas de un incesante bajo.

La formación “Irakere” es el precedente para que la Timba se forme como tal, gracias a sus elaborados trabajos de fusión de la música afrocubana con otros ritmos como el jazz, el funk o el rock. De esta banda nos llega el flautista y compositor José Luis Cortés “El Tosco”, al que se conoce como el creador de este nuevo sonido musical bailable, cuando mediada la década de los 80, con el grupo NG la Banda empezó a difundir este estilo con el álbum editado en 1988 “No se puede tapar el Sol”, título evidentemente metafórico y directo hacia el régimen.

José Luís Cortés formó esta banda después de pasar por dos de las más célebres agrupaciones cubanas de los últimos tiempos, “Irakere” y “Los Van Van”. “El Tosco” reunió para esta banda músicos de primer nivel como Rolando Pérez ó Feliciano Arango, además de un exquisito trabajo de percusión y de vientos que acabó conociéndose como “Los metales del terror”.

Los principales artistas timberos del momento son amén de NG La Banda, Los Van Van, la Charanga Habanera, Manolín el médico de la salsa, Paulito FG, Isaac Delgado y su grupo, Klimax, Maraca, Bamboleo y Manolito Simonet y su trabuco. En sus coreografías, estos grupos, dejan patente la fuerza de este ritmo.

El Baile:
El baile, igual que el casino, se interpreta en clave de 2+3, por eso definimos “la Timba” no como un nuevo ritmo, sino como un nuevo sonido musical. La principal diferencia a la hora de bailar timba, aún siendo un baile cadencioso y sensual, es la energía de los movimientos que realiza el bailador, centrándose en un acentuado y eléctrico movimiento de las caderas (del que son especialistas las bailarinas cubanas) y en movimientos espasmódicos del cuerpo. Así que es un baile con un gran desgaste físico por los movimientos tan enérgicos. Esta manera de bailar viene impuesta por la velocidad de los instrumentos, y como dijo Yamira en nuestro anterior numero, la timba es meneito y despelote.

La timba no muere:
La timba tiene una patente musical, una denominación de origen que permite distinguirla de la salsa puertorriqueña, colombiana o neoyorkina. Comenzó a conocerse en Barcelona gracias a Angelito “El Cubano” que a mediados de los 80 no sólo pinchaba timba en su “Sabor Cubano”, sino que trajo directamente de Cuba a sus máximos exponentes cuando aquí nadie sabía quiénes eran. Por eso se dice que Angelito fue el gran promotor de lo cubano en la ciudad y eso nadie se lo puede quitar.

La fiebre timbera se adueñó de todos los locales de Barcelona y no paraban de sonar en las pistas, pero esta ciudad en tema musical tiene un defecto: para muchos locales es como si la timba hubiera pasado de moda porque casi no se oye. Pedirle a un Dj que pinche Van Van, NG ó Charanga es casi como un insulto, cuando hay muchos grupos timberos cubanos gestados en Europa como El Zorro y Miguel Enrique, entre tantos, que están haciendo música sabrosa, de calidad, desbordante de ritmo y alegría.

En mi humilde opinión, los locales deberían pinchar la salsa colombiana, la salsa clásica, la salsa africana, el sonido impactante de Nueva York y la rica timba cubana. La timba no es una moda. La timba cubana llegó para quedarse


Joe Cuba !ese piiiito!

Por: Enrique Romero "El Molestoso"

LEAD Technologies Inc. V1.01Joe Cuba, cuyo nombre real era Gilberto Calderón, nació en Nueva York el 22 de abril de 1931. Hijo de emigrantes puertorriqueños y habitante-militante de El Barrio, Joe Cuba forjó una de las páginas históricas de la música latina en Nueva York. En los años cuarenta tocó con el pianista Noro Morales, con Marcelino Guerra y con el conjunto Alfarona X hasta que formo su famoso sexteto en 1954.
Diez años antes de que el sonido salsero empezara a concretarse, Joe Cuba ya insinuaba en su trabajo el norte y el golpe que se avecinaba. Con un formato austero de sólo seis miembros, Joe Cuba logró una sonoridad completa, excitante y brava para cantar-reivindicar la vida del barrio. La principal novedad de este sexteto fue la introducción del vibráfono a las ordenes de Tommy Berrios, los otros cinco elementos fueron: Nick Jimenez al piano; Jimmy Sabater al timbal; Jules "slim" Cordero al bajo; Joe Cuba a la conga; y Cheo Feliciano cantando y soneando.

Los temas de éste sexteto sorprendían por la eficacia del formato; la rabia, el amor y la guapería estaban presentes en cada corte de forma coherente; en los arreglos, en la forma de tocar los instrumentos, en las letras y, en conjunto, por un ritmo contagioso y excitante para el baile y el vacilón.
Los músicos de Joe Cuba Sextet demostraban que, en música, lo que cuenta es tener algo vívido que decir y no la cantidad de instrumentos o la formación y virtuosidad de los músicos. En sus primeras grabaciones eran evidentes las carencias técnicas y/o virtuosas de los instrumentistas, pero esta evidencia quedaba en un segundo plano ante la fuerza, la honradez, la alegría y la rabia del combo a la hora de atacar cada tema. Esta misma "carencia" la tuvieron muchos músicos y orquestas del movimiento salsero, pero el sonido "pobre" o "barato" era, de suyo, legitimo en una expresión nacida en el barrio. En este sexteto se inició Cheo Feliciano como cantante sonero, cantó para Joe Cuba durante diez años y más tarde conquistó la gloria con las Estrellas Fania y con su propia orquesta.

A principios de los años sesenta, Joe Cuba enfiló el ritmo de la pachanga con gran fuerza y acierto, llegando a ser uno de los grupos más solicitados por los bailadores. A mediados de la década asumió, como otros, la moda del boogaloo y llegó a vender, al igual que Ray Barretto y Tito Rodríguez, más de un millón de copias de sus discos. Con sus temas "Bang, Bang" y "El pito" hizo tambalear el soul y otros ritmos anglosajones que se disputaban el mercado latino y afroamericano. En esos años, la comunidad latina empezaba a tener una presencia muy incomoda para el Tio Sam y, de repente, el barrio apareció infestado de heroína con todas sus nefastas consecuencias; la comunidad perdió fuerza, los músicos cayeron en el vicio y el imperio ganó tranquilidad.

El boogaloo quedó eclipsado por el nuevo sonido de la salsa. Joe Cuba trató de adaptarse a la nueva expresión, pero no logró destacar. Hizo experimentos con el latin-funky en el que grabó alguna pieza curiosa y nada más. Sin embargo, su música grabada y gozada hasta finales de los años sesenta está ahí, como un testimonio sonoro que permite entender la génesis de la salsa y las urgencias y alegrías del Caribe de ayer y, cómo no, el de hoy. Gracias, Joe!!!